Parto en casa de Sara

La noticia llego con un positivo en una prueba casera, acto seguido comenzamos a buscar médico para llevar todo el embarazo. Sentía la necesidad de buscar un parto respetado, aunque después  de 2 cesáreas (horizontales), una de ellas apenas hace año y medio,  toda persona que escuchaba nuestros planes nos decía: “que están  locos”….. “qué necesidad ya que mas da una tercera”….. “se te abrirá la herida”…… y muchas cosas más. Encontramos a una ginecóloga familiarizada y a favor del parto enseguida hicimos una cita para conocerla y exponerle nuestros deseos. Quedamos contentos con su respuesta, pues ella nos apoyaría para llegar a un parto feliz.

Dentro de toda la información que comenzamos a leer nos encontramos con la posibilidad de tomar un curso psicoprofiláctico así conocimos a Erika, nuestra querida Duola ella nos llevo de la mano por  un mundo  lleno de información, toma de decisiones  asertivas e informadas. Siempre nos tuvo presente la posibilidad de un parto en casa, en algunas ocasiones lo platicamos mi esposo y yo, pero siempre fue algo muy lejano pues queríamos dar un paso a la vez.

En una consulta de revisión a la semana 30 llegamos con nuestra ginecóloga, ella tajantemente me dio una receta con la indicación de aplicar madurador pulmonar cada 12h por 2 días, lo cual se nos hizo una exageración, lo platicamos con nuestra duola y fue así como empezamos a concebir mas la idea de un parto en casa, conocimos a Claudia Bravo quien sería nuestro ángel empezamos revisiones con ella y muy linda nos dio la oportunidad de parir en su casa, un lugar sin duda lleno de luz y las mejores vibras.

Fue así como el 5 de mayo a las 7:40 comenzábamos nuestro trabajo de parto con la ruptura de la bolsa haciendo el súper, más tarde visitamos a Claudia quien nos dio la opción de pasar a casa a ultimar detalles. Esa misma noche regresamos a casa de Claudia para pasar la noche ahí, estuvimos en un chequeo constante de la frecuencia cardiaca de nuestro pequeño, ya que desafortunadamente era muy variable, en un momento nuestras esperanzas de un parto en casa se vinieron abajo pues si mi pequeño seguía así necesitaríamos visitar a un médico para una cesárea.

Por la mañana  llego nuestra duola ya con equipo completo nos recargamos de energía y al parecer mi pequeño entendió el mensaje a las 10am comenzamos con contracciones regulares, empezamos  a trabajar pasamos un rato a la regadera, trabajamos con pelota, estuvimos en la tina y así fue fluyendo nuestro trabajo de parto, entre  charla, abrazos, ejercicios, música, hamacas y  frases de amor hermosas de mi marido y mucho apoyo de todas las chicas que estuvieron conmigo por fin a las 7pm estábamos casi listos para pujar; buscamos la posición más cómoda.

Probamos un banquillo para partos, posición en 4, semi sentada y nada logre acomodarme en la cama con mi esposo como mi respaldo. Cada me fue difícil encontrar ese ritmo del que habían platicado teóricamente, comenzamos a pujar y fue casi mágico cada una de las contracciones tenía su razón de ser, recuerdo que tenía a las parteras y la duola como espectadoras guiándome contándome lo que iba ocurriendo alentándome a conectarme con el proceso, a tocar la cabeza de mi pequeño y más tarde su carita completa jámas me tocaron o hicieron por jalar a mi pequeño todo fue a nuestro tiempo. En seguida paso a mi pecho mientras esperábamos que la placenta dejara de latir nos miramos por primera vez.

Aun con el antecedente de dos cesáreas previas verticales y una de ellas 23 meses atrás logramos culminar nuestro embarazo con la mejor de las experiencias: un parto lleno de luz, amor, armonía, tranquilidad y decisiones asertivas. Después de 12h de la ruptura de bolsa iniciamos nuestro trabajo de parto de manera natural, sin ningún medicamento para "acelerar" el proceso.

Después de 10h de trabajo de parto llego al fin el momento de conocernos y abrazarnos.  Xavi peso 4kg y midió 52cm al nacer.... El mayor recuerdo sin duda alguna será su mirada al llegar a mis brazos y el sentir a mi esposo detrás de nosotros brindándonos su fortaleza con un abrazo.